Alguna posible aportación para nuestra Seguridad Pública. (1)
Mtro. J. García
Me ocuparé en este espacio a compartir una breve reflexión que no tiene otro matiz, ni debe ser considerado más allá (si es que pudiera considerarse), de un intento por aportar en la preservación de la Seguridad de nuestros conciudadanos y por coadyuvar a la estabilidad y mejoramiento en la calidad de vida de las futuras generaciones.
Cómo antes señale, éste no tiene la intensión de exhibir,
criticar o tildar las actuales políticas que en materia de prevención del
delito, impartición y administración de justicia y de readaptación social se
estén desarrollando en nuestro Estado, mucho menos debe considerarse, toda vez
que esta a años luz de serlo, en el panacea de la prevención delictiva.
El presente apenas y discurre en
una simple reflexión que, como ciudadano libre y responsable, considero
oportuno compartir con los amantes de los nuevos paradigmas, de las nuevas
visiones y con aquellos que comparten de manera justa y solidaria el progreso
de Campeche.
Con aquellos que brindan y abren
las puertas al refresco ideológico y apuestan por una sociedad segura, con
aquellos que sin complejos arcaicos no temen a la competencia profesional, pues
ven en ella una oportunidad para que
hombro con hombro y solidariamente coadyuven a las políticas de un proyecto de
gobierno que no se limita al simple transcurso de seis años.
Compartirlo con aquellos que por
sus actitudes y en su manifiesta forma de pensar no se observan percepciones fundadas y acompañadas de
prejuicios escondidos.
Según los políticos: “en política
no hay casualidades”, pues bien de lo
que en el contexto del presente se desprenda y con la intensión de suprimir
cualquier sentimiento de miedo, recelo o sospecha infundada que impida evaluar
con la cabeza fría y el corazón en calma los argumentos que se plantean, estas
aportaciones no tienen otra pretensión más que la instigación a la sana
participación social en la materia que nos ocupa.
En palabras más palabras menos,
lo ahora por exponer es una simple y llana reflexión que pretende aportar
algunos elementos (si es que fuera el caso) para que las futuras generaciones
disfruten de la Seguridad que hoy día gozamos y de ser posible seamos nosotros,
la actual generación, quienes detonemos e impulsemos y pongamos en marcha las
nuevas políticas de participación ciudadana en materia de Seguridad Pública.
Constituirse como el factor
determinante en la elaboración de nuevos instrumentos oficiales en lo que
correspondería en materia de prevención del delito, y por ende en la forma, el
carácter, el perfil, en la disposición y en la visión, sin llegar a los procedimientos o técnicas
ya que en su momento me ocuparé de ellas, de las tareas que desarrollan
los cuerpos policiales, sería una parte de los objetivos sociales alcanzar.
Ideal considero que es el momento
para señalar que con las subsecuentes aportaciones no se descubre la fórmula
mágica que de nacimiento al agua hervida
o, que se consideren éstas como el eslabón perdido (por cierto, buscado
por muchos sectores) y por causa del cual hoy existen serios problemas de
inseguridad.
Así como tampoco es finalidad de
éstas restarle veracidad, autoridad y calidad al sin fin de manuales,
guías o lineamientos existentes en la
vasta bibliografía del campo que nos
ocupa, ni mucho menos atentar en contra de convicciones y criterios plenamente
definidos por quienes se consideren
gurús de la materia.
Vaya un mérito especial para
aquellos que en el terreno de los hechos se juegan muchas veces hasta el valor
más preciado que como seres humanos tenemos y a los cuales, no me resta más que
expresar mi profunda admiración y respeto.
Claro y desde luego, no hay que
dejar de pensar en aquellos quienes en
su oportunidad esgriman la malsana crítica buscando el protagonismo político,
la actitud preferente o incluso
asumiendo el papel mesiánico desairando lo que no sea concebido por sí
mismo.
A ellos mis respetos aunque al
ejercitar su libertad de opinión obstaculicen la critica necesaria basada en los hechos y no en las diatribas e impidan ver lo bueno, y pero no sumándose
para evitar lo malo.
A todo ello no me cabe la menor
duda que la madurez política, la dinámica social y las bogantes tendencias
exigen la apertura a la diversidad de
criterios y opiniones; exigen la visión panorámica y la hechura de nuevos
moldes con los cuales sumemos a la revalorización de los principios básicos de
nuestras sociedades y reconstruyamos, no solamente su entretejido, sino una nueva cultura para el bien vivir.
Determinante resultará el
comentario que se desprenda del análisis crítico, pues no me cabe la menor duda
que enriquecerá el producto que como
sociedad hoy denunciamos en su
incipiente calidad y del cual exigimos
de los hacedores de las políticas pública, capacidad, visión y determinación
para su debido proceso de elaboración y optimización de resultados.
El enfoque multidisciplinario y
el papel que hoy día juegan en los diversos escenarios la atomización de las
conductas delictivas hacen imperiosa la
recurrencia a las diversas herramientas e instrumentos, partiendo el recorrido desde la experiencia
propia, hasta la investigación y
análisis de documentos históricos con el único objetivo de trazar nuevos
vectores que nos permitan el arribo a mecanismos viables y permisibles.
Al respecto en alguna ocasión
destacaba el Lic. Diódoro Carrasco
Altamirano, entonces Secretario de Gobernación en el Primer Seminario
Internacional sobre “La Participación
Ciudadana en la Prevención del Delito y la Modernización de la Seguridad
Pública” celebrado el 6 de octubre de 2000 en la Ciudad de México. “…. Sin
duda, para la solución de los problemas de inseguridad no hay fórmulas mágicas,
ni
el delito se combate importando o cambiando esquemas.” (La participación ciudadana en la
prevención del delito y la modernización de la seguridad pública. Ediciones de
la Policía Federal Preventiva. Pág. 25)
Destaco: “…..ni el delito se combate
importando o cambiando esquemas”, y sin embargo hoy, al momento de
escribir estás líneas, grande ha sido mi
sorpresa cuando me encuentro de frente con la noticia de que el virtual
Presidente de los Estados Unidos Mexicanos
ha contratado los servicios del General Oscar Naranjo.
Abriendo un pequeño paréntesis
para quienes no saben, el General Oscar Naranjo
fue nombrado en 2007 Director de la policía Nacional por el entonces
presidente Álvaro Uribe. Ocupó la Dirección de Inteligencia y
Contrainteligencia Policial de Cali, capital del Valle del Cauca y bastión de
varias agrupaciones importantes del narcotráfico colombiano.
Durante los últimos años tuvo a
su encargo la seguridad personal de jueces y magistrados y en 2010 fue
nombrado “el mejor policía del mundo”. Miles de decomisos, detenciones y
cultivos erradicados le avalaban.
Fue ascendido a General (4
estrellas) en 2010 por el presidente Juan Manuel Santos, siendo el primer y
único policía en Colombia en ostentar ese cargo. http://www.elmundo.es/america/2012/06/15/mexico/1339731583.html.
Jacobo G. García | México Actualizado viernes 15/06/2012 16:41 horas. © 2012 Unidad Editorial Información General
S.L.U.
Me permito concluir esta primera entrega con un pensamiento: “Los grandes espíritus siempre han encontrado violenta oposición de parte de los mediocres. Estos últimos no pueden entender cuando un hombre no sucumbe impensadamente a prejuicios hereditario sino que honestamente y con coraje usa su inteligencia. Es más fácil destruir un átomo que un prejuicio”. Alberth einstein